viernes, 7 de noviembre de 2008

Hace 35 años

Danilo Montero
Apenas entraba al cole. Aún vivíamos en la vieja casa de madera que nos vió crecer (por lo menos a alguno de mis hermanos!). Mamá tenía 45 y trabajaba en las tardes limpiando casas. Por las noches tejía sobrecamas que vendería a precios ridículos para hacer algo de dinero extra. Mis hermanos y yo peleábamos hasta el hastío. Hace 35 años papá no estaba en casa...
Una mañana caliente de principios de año, alguien tiró un panfleto por debajo de la puerta. Lo encontré debajo de la cama que daba a esa puerta. Lo levanté por curiosidad. Pensé que tendría que ver algo con el anuncio que escuché minutos antes y que venía del megáfono que un auto llevaba pegado en la parte superior. Supuse que sería un nuevo detergente. No era algo para la ropa, pero si nos ayudaría a lavar el corazón! El papel nos invitaba a la Gran Campaña de Sanidad Divina que se abria en mi pueblo.
Todavía puedo escuchar el sonido del acordeón que iniciaba puntual la reunión a las siete y treinta. Don Gerardo Geofrey y Eva, su esposa cantaban "coritos" alegres llenos de fe.
Hace 35 años nos hablaron de Dios y nos mostraron su poder. Cada noche escuchamos el evangelio predicado y los milagros llenarían de asombro nuestros corazones. Ciegos vieron, sordos oyeron. Gente con problemas físicos de toda índole encontraron sanidad. El viento no nos detuvo y la lluvia no pudo mas que la sed que teníamos de Dios. Los pobres encontramos esperanza...
El semblante de mamá mejoró cada día. Las lecturas bíblicas se hicieron frencuentes en casa, los principios nos cambiaron. Aún los nervios que sufría en las noches cesaron y un poco los pleitos. Hace 35 años mi familia encontró a Jesús.

Por aquella época conocimos a Raúl y a Dinora. Estaban solteros aún. Cada noche nos recibían con mucho amor antes de la reunión. Y cada semana comenzaron a venir a casa. Por unos minutos platicarían con mamá y escucharían el reporte de nuestra conducta. Fue algo bueno! Esperábamos esa visita semanal. Supe, desde que les conocimos, que este era uno de esos regalos divinos. Desde entonces, hemos recibido buenas prédicas, muchas oraciones y muchos mas consejos. También reprensiones! (gracias a Dios, no tantas como las oraciones). No puedo decir de muchas personas lo que tengo que decir de mi pastor. Existe solo una persona que me haya hecho llorar de dolor por su reprensión y ese es mi pastor. Sin embargo, nunca terminaré de agradecer aquello. A mis 16, sus palabras guardaron mi corazón.

Año tras año, nuestros pastores han estado allí: predicando, orando, aconsejando. Hemos visto una constancia admirable, un ejemplo intachable y una paciencia ...envidiable.
Es una buena ocasión para mirar atrás y dar gracias.
Gracias a Dios por Gerardo Geofrey, que ya está con el Señor.
También por Gerardo Robeson, quien también partió con Dios.
Gracias por sus familias.Gracias por esos líderes que nos bendijeron y ya no están.
Hace 35 años conocimos a Raúl y estoy agradecido. Una vez alguien me preguntó quiénes eran las personas que habían marcado mi vida. La lista es corta, como suele pasar. Pero una cosa es cierta...Raúl... estás en esa lista!

No hay comentarios: