martes, 3 de febrero de 2009

Entrevista a Doris Machin

Doris Machin con esmero dedica sus fuerzas a enfrentar desafíos y a llevar a la acción la encomienda que el Señor le ha puesto en sus manos. Una extensa introducción no es necesaria pues ella misma relata cada detalle de su corazón.
*¿Cómo le entregaste tu vida a Cristo?
Mi conversión fue algo muy especial porque fue Dios quien en medio de mis delitos y pecados me arrestó. Resulta, que por varios meses mi hermana Tania me venía hablando del Señor. Yo había sido criada en la iglesia católica y había cumplido con todos los sacramentos prescritos, era una persona religiosa. Cuando mi hermana me hablaba de Cristo, mi respuesta siempre era la misma: "Yo no voy a cambiar de religión, ni de iglesia. A mi nadie me va a cambiar." Mi hermana se ponía muy triste porque no sabía cómo hacerme entender. Sin embargo, Dios conoce nuestros corazones y a pesar de la rebeldía que existía en mí, Él es experto en transformar corazones rebeldes. Un buen día, mi hermana fue a mi casa con un casete de música cristiana. Una de las canciones repetía, "Lo más importante es que Jesús es mi Salvador" y como a mí siempre me ha gustado cantar, comencé a entonar una de las frases. Sin ningún entendimiento de lo que estaba confesando, comencé a cantar: "Jesús, Jesús es mi Salvador" hasta que llegó un momento que alcancé una nota tan alta y completamente fuera de mi registro. En ese momento supe que algo sobrenatural me estaba sucediendo, caí de rodillas y comencé a llorar. Mi hermana me miró y no podía creer lo que estaba presenciando, ella se arrodilló a mi lado y juntas abrazadas lloramos en la presencia del Señor. Esto ocurrió un 6 de enero en el 1988. Desde entonces nací de nuevo y mi vida nunca fue igual.
*¿Cuéntanos cómo reaccionó tu familia ante tu salvación?
La reacción de mi familia fue una positiva, y de sorpresa también. Ya que siempre fui una chica muy rebelde. Al comenzar mi caminar en el Señor, vieron el cambio en mi carácter--todavía esa área está bajo construcción, y en mi físico. Aún mi familia que no conoce al Señor se dio cuenta de la transformación.
*¿Cómo surgió el salto al ministerio musical cristiano en tu vida? ¿Es cierto que el Señor te enseñó a tocar?
Desde niña mi pasión fue cantar. Mi abuela decía: "Esa niña va a ser cantante". Cuando tuve el encuentro con el Señor, mi pasión se convirtió en cantar para Él. De hecho, el primer día que fui a la iglesia, miraba al equipo de alabanza y me ardía el corazón, hasta le dije a mi hermana: "Un día yo voy a estar cantando ahí". A los pocos meses ese sueño se hizo realidad y dos años después llegué a ser directora del mismo. En mí caso la música ha sido algo innato, siempre toqué el piano de oído y cuando comencé en la iglesia el Señor me enseñó algunos acordes. Hoy día me defiendo bastante, aunque todavía me falta técnica.
*¿Cómo está el pueblo latinoamericano recibiendo las buenas nuevas?
En Latinoamérica veo un despertar espiritual, el Espíritu Santo está moviéndose en una forma muy linda en la Iglesia. Hay hambre de la Palabra, las personas inconversas escuchan el mensaje y lo reciben porque necesitan alternativas. La gente está en búsqueda de alguien con convicciones, alguien que crea y viva lo que habla.

*¿Qué es lo más que le agradeces al Señor?
Que a pesar de que intenté contra mi vida, Él permaneció fiel. A los 16 años me traté de quitar la vida tres veces. Yo era muy rebelde, con la autoestima por el piso, este fue el resultado de una niñez traumática. Me daban rabietas cuando no podía controlar las cosas que ocurrían conmigo, mis amistades y mi familia. La furia siempre era en contra de mí misma, con un cuchillo me cortaba los brazos y a veces tomaba pastillas. Gracias a Dios por la paciencia que tuvo conmigo. Él no se cansó hasta que me agarró y me sacó del lodo en el cual me encontraba.
*¿Cómo quisieras que te recordaran?
Como un portavoz del corazón de Dios. Como alguien con mentalidad del Reino, o sea, una que todo lo que hizo fue para glorificar a Dios y para establecer Su reino en la tierra. Quiero que me miren como alguien que no tuvo temor de ser ejemplo para las generaciones en formación. Alguien que levantó ministros de música con la pasión del Padre.

Fuente: Vida cristiana

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